Naturaleza
«Los humanos no se crean a sí mismos. Son espíritu, voluntad y también naturaleza». Katia Hueso.
Estar a solas en un bosque nos imbuye de un sentimiento de grandeza, de trascendencia y, al tiempo, de humildad y relatividad. Nos hace ser conscientes de nuestro frágil paso por este mundo, tanto en su escala temporal como espacial. Un paseo por la naturaleza nos devuelve a nuestra esencia, nos recuerda quienes somos y qué lugar ocupamos en realidad.
La naturaleza nos produce sensaciones similares a las que experimentan las personas creyentes en un templo, cuando rezan o se encuentran en actitud contemplativa: nos da paz, serenidad, una impresión de atemporalidad, de aislamiento del mundo y de encuentro con uno mismo. Orar, meditar... son actividades que se prestan al descubrimiento del yo, si oramos o meditamos en la naturaleza, el proceso será aún más potente, más penetrante, más duradero.
Sin necesidad de realizar ningún ejercicio espiritual, podemos percibir fácilmente que la naturaleza es generosa. Nos regala inspiración, intuición, comprensión, compasión... ¿Cuántas veces volvemos de una visita al monte con ideas frescas, con la solución a un problema o, al menos, con un grado de preocupación atenuado?
«Recordamos antes una tarde en el campo que cientos de tardes frente al televisor». En ciertas ocasiones, incluso, podemos sentir una epifanía, es decir, la revelación de algo, tangible o no, que nos cambia como personas. Que nos da un antes y un después a esa visita al campo. El recuerdo indeleble de un hecho aparentemente nimio, de un contacto con un ser vivo, animal o vegetal, de la visión de un paisaje o de un cielo, no necesariamente extraordinarios. A veces, basta con que seamos y estemos receptivos en ese momento y lugar precisos para que nos alcance la revelación. Cuando esto sucede, sentimos un estado superior de claridad mental, de conciencia o incluso de euforia que nos invade, nos llena y que recordaremos por mucho tiempo.
Y en parte el sentimiento de gratitud infinita que me invade el día a día de percibirla resiliente, grande, poderosa y perfecta sin alguna pretensión más que su amor y humildad por mantenerse viva… Admiro su capacidad de poner límites frente a la adversidad y su capacidad de sanar a pesar de todo el daño… Me siento comprometida con su cuidado y sanación constante, a través de pequeños actos e intenciones… y esta galería.
Gracias Pachamama … Te amo.
We are Nature
"Humans do not create themselves. They are spirit, will and also nature". Katia Hueso.
Being alone in a forest imbues us with a feeling of grandeur, of transcendence and, at the same time, of humility and relativity. It makes us aware of our fragile passage through this world, both in its temporal and spatial scale. A walk in nature brings us back to our essence, reminds us of who we are and what place we really occupy.
Nature gives us sensations similar to those experienced by believers in a temple, when they pray or are in a contemplative attitude: it gives us peace, serenity, an impression of timelessness, of isolation from the world and of encounter with oneself. Praying, meditating... are activities that lend themselves to the discovery of the self, if we pray or meditate in nature, the process will be even more powerful, more penetrating, more lasting.
Without the need for any spiritual exercise, we can easily perceive that nature is generous. It gives us inspiration, intuition, understanding, compassion? How often do we return from a visit to the bush with fresh ideas, with a solution to a problem, or at least with a lessened degree of concern?
"We remember an afternoon in the countryside sooner than hundreds of afternoons in front of the television". On certain occasions, we may even feel an epiphany, that is, the revelation of something, tangible or not, that changes us as people. That gives us a before and after that visit to the field. The indelible memory of an apparently insignificant event, of a contact with a living being, animal or plant, of the vision of a landscape or a sky, not necessarily extraordinary. Sometimes, it is enough for us to be receptive at that precise moment and place for the revelation to reach us. When this happens, we feel a superior state of mental clarity, awareness or even euphoria that invades us, fills us and that we will remember for a long time.
And partly the feeling of infinite gratitude that invades me day by day to perceive her resilient, great, powerful and perfect without any pretension but her love and humility to stay alive ... I admire her ability to put limits in the face of adversity and her ability to heal despite all the damage ... I feel committed to her constant care and healing, through small acts and intentions ... and this gallery.
Thank you Pachamama... I love you.